miércoles, 25 de mayo de 2011

Los inicios

Debo el título de este blog al profesor Ramón Folch. Con ello pretendo expresar, no sólo mi agradecimiento a su persona, sino también reconocer justamente la capacidad que ha demostrado a la hora de sintetizar los procesos relacionados con la Socioecología.

En efecto, existen multitud de etiquetas pretenden describir en un sólo término la relación que las civilizaciones humanas poseen con su entorno. Singularmente me refiero a la civilización occidental, responsable de muchos de los problemas que nos aquejan como sociedad.

Este blog es un espacio para difundir información sobre ecología política, economía ecológica, ecología urbana y todos aquellos saberes y reflexiones que conforman el movimiento hacia el sostenibilismo. Con esta información, y las reflexiones que de ella se derivan, pretendo contribuir a la toma de conciencia para la evolución política, en el sentido colectivo, y ética, en el sentido individual, de las sociedades y de las personas que las componen.

La importancia de esta labor es patente para muchos de nosotros, desde el momento en que no es posible la existencia de nigún sistema físico, y la civilización lo es, en sus parámetros de organización actuales, si esa forma de organización conspira directamente sobre la salud de los recursos que lo mantiene y nutre.

De antemano os digo que no comparto la expresión habitual por estos lares, de que es necesario "salvar el planeta". Poco le importará al planeta, como ente global, si la temperatura terrestre sube más o menos grados a causa del cambio climático derivado de la actividad humana, por ejemplo. A los que realmente afecta este cambio brusco en las condiciones de equilibrio dinámico terrestre es a la civilización que, paradojas de la vida, se encargó de producir esos cambios. Con el sostenibilismo nos salvamos nosotros como civilización y la Socioecología es la herramienta para conseguirlo.

Por lo tanto, la Socioecología ofrece conceptos, reflexiones y argumentos contra muchos de los males que aquejan a nuestra sociedad como tal, más allá de los efectos ambientales que causan estos males. Me refiero concretamente a cuatro:

  1. La aceleración: podría haber hecho referencia a la velocidad, pero no; hago referencia a la aceleración, porque es su segunda derivada. El problema no es que vayamos cada día más rápido, sino que pretendemos aumentar nuestra aceleración. Por eso el PIB se mide en tasas porcentuales de crecimiento anual. Para todo el que conoce esto de la Ecología, esa dinámica es suicida e inviable en el medio plazo.
  2. El crecimiento: por lo mismo, el crecimiento es otro gran mal que nos aqueja. Si sabemos que no puede estarse acelerando todo el tiempo, también sabemos que no podemos crecer indefinidamente. Vamos, que esto también es obvio.
  3. El individualismo: qué razón tenía Zigmunt Baumann en sus definiciones líquidas. Las relaciones líquidas, como él las define, son el máximo exponente del individualismo, hasta tal punto que éste nos hacen olvidar que vivimos en sociedad. Por ello, sólo saldremos adelante como grupo social. Buscar la realización personal mirándose al ombligo es algo que, además de patético, es muy aburrido, la verdad.
  4. El dinero como fin en sí mismo: mucho habría que decir sobre este tema, pero baste apuntar que la ambición por tener más dinero es también algo que, si se mira con detenimiento, mueve gran parte de los procesos de este mundo, pero es, en sí, una solemne tontería. Fuera del marco cultural del protestantismo, como bien lo describió Weber, el desear tener por tener no tiene mucho sentido práctico. Como decía Keynes: "en el largo plazo todos estaremos muertos". ¿Para qué acumular, entonces?.

En fin, esto es todo de momento, lo que no es poco para una declaración inicial de intenciones.

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