Sólo el tres por ciento de nuestro territorio se encuentra urbanizado. No es una cantidad elevada, a tenor de las cifras desnudas con las que suele manejarse la economía.
Sin embargo, desde el punto de vista del recurso (el territorio), un tres por ciento constituye un número más que apreciable. El proceso urbanizador elimina la capacidad ecológica del suelo para albergar vida. Un suelo urbanizado tampoco produce nada por sí mismo, si no es indirectamente debido a las actividades que acoje.